
El Mohan: Si de alguna forma se le puede calificar es como un ser peludo (no pelón), de aspecto vegetal y protector de los bosques. Al igual que su amigo el Hombre Caimán, es un enamorado irredento y mujer que vea malparada se la lleva a su guarida.
La Llorona: Se dice que se trataba de una mujer que asesinó a sus hijos y en castigo por su crimen está condenada eternamente a lamentarse. No le hace daños a quien la ve, pero no deja dormir tranquilo a nadie pues llora y grita toda la noche.
El Sombrerón: Este chiquitín que anda con un sombrero más grande que él, es el más travieso de todos los espantos. Al igual que otros espantos es mujeriego (ni los espectros pueden resistirse a la belleza de la mujer colombiana) y da serenatas.
La Culebra: Este es el mayor espanto existente. Por lo general se presenta a fin de mes o después de las fiestas. Su representación es en forma de las cuentas de agua, luz, teléfono, trago, y demás. Su sola presencia causa terror en los colombianos.